El desafío del solitario siempre consiste en sacar las cartas del tablero de juego de manera ordenada, aunque las reglas varíen según el tipo de solitario. En el caso de Carta Blanca, las 52 cartas de una baraja se distribuyen inicialmente desordenadas en el tablero, formando 8 columnas con 6 o 7 cartas cada una. El primer movimiento es siempre el as de cada palo, que se coloca en las 4 pilas en la parte superior derecha. Luego, las cartas restantes se colocan en orden ascendente hasta llegar al rey. Para facilitar este proceso, se ordenan las cartas en el tablero en orden descendente y alternando colores.